Casi dos meses del inicio de la erupción, el volcán de Cumbre Vieja aun no da muestras evidentes de que su actividad vaya concluir a corto plazo, pese a los "signos positivos" detectados y a la clara señal que podría indicar un posible debilitamiento.
Además, hay que sumarle las mil hectáreas que el volcán ha arrasado, los más de dos mil edificios destruidos, las plantaciones agrícolas y carreteras afectadas, entre otras cosas. También la ceniza ha cubierto buena parte de la superficie de La Palma. Una ceniza bajo la que quedaron sepultadas miles de abejas a unos 600 metros del centro eruptivo en la zona de Cabeza de Vaca. Éstas estuvieron sepultadas durante 50 días.
Cinco de las seis colmenas, intactas
En declaraciones a 'EFE' el presidente de la Agrupación de Defensa Sanitaria Apicultores de La Palma, Elías Gónzalez, sostuvo que "cinco de las seis colmenas permanecieron intactas" y que murieron las abejas que permanecían en la sexta colmena "porque ya estaba débiles antes de la erupción" del volcán.
La Unidad Militar de Emergencias (UME), agentes de la Guardia Civil y también de la Policía Local de la localidad de El Paso intervinieron en el rescate de las abejas. Uno de las sustancias utilizados por las abejas para protegerse contra la ceniza era el propóleo para evitar la entrada de dióxido de azufre procedente del volcán.
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