Los apicultores
alertan de que si no se actúa en dos años habrán desaparecidoLa avispa
asiática, la especie invasora que llegó a Catalunya en 2012 para
quedarse y que según los expertos colonizará toda la península sobre el 2020,
ya no está entre las “misiones” de los Agentes Rurales. La Generalitat ha
tirado la toalla. Un protocolo activado en los últimos meses determina que,
ante la expansión masiva de esta especie
invasora que depreda abejas de la miel, el Cuerpo de Agentes
Rurales (CAR) deja de hacerse cargo de la localización y destrucción de sus
nidos. Este cometido pasará a depender de los apicultores y de cada
ayuntamiento o consejo comarcal. Los apicultores advierten
de que solos no pueden hacer frente a la plaga y de que si no se actúa como
hasta ahora “en dos años se habrán acabado las abejas en Gerona”.
El
año pasado los Agentes localizaron y destruyeron 150 nidos, este 2016 han
destruido solo 21 en zonas urbanas. La Generalitat niega que se haya
desatendido este tema. Ahora considera que corresponde a Ayuntamientos y
consejos comarcales su destrucción, aunque sea contratando empresas privadas
especializadas, y el CAR les ofrece asesoramiento tanto en material, como en
localización o técnicas de destrucción.
UNA BATALLA
INVIABLE ECONÓMICAMENTE
Los
apicultores de las comarcas de Gerona aseguran que ni ellos ni los
ayuntamientos disponen de los medios adecuados para hacer frente a esta avispa
invasora. Tampoco pueden soportar el dispendio económico que implica. Cada bote
de espray insecticida, de calidad contrastada, tiene un coste de entre 10 y 12
euros, y para acabar con un solo nido de forma efectiva son necesarios entre
cuatro y cinco botes.
Además,
recuerdan que carecen de los equipamientos especiales con que trabajaba el
Cuerpo de Agentes Rurales, de las perchas y de todo el material necesario para
eliminar un nido medianamente elevado.
Aseguran
que para acercarse a eliminar uno deben ser como mínimo tres personas, y que
tres equipos completos para ellos tienen un coste superior a 10.000 euros,
“imposibles de asumir”. Reivindican que la tarea de un apicultor es la de
producir miel, y no “la de ir en busca de avispas e intentar matarlas”.
Según
el jefe de los Agentes Rurales en Gerona, Ignasi de Dalmases, el tipo de
destrucción que estaban haciendo hasta ahora “no sirve de nada porque hay
tantos nidos que no se encuentran, que la expansión es imparable”. “Se trata de
atacar no la base del problema, sino que actuamos, si lo piden los consistorios
cuando el problema es evidente, en una escuela, una casa o una calle, en un
sitio donde pueda tener afectación para las personas” persevera.
“Está causando
estragos”
La
velutina, principalmente presente en las comarcas de la Garrotxa, Ripollés y
Alt Empordà, está causando estragos y según el Presidente de la Asociación de
Apicultores de Girona Àngel Noguer, se ha comido enteras las colmenas de
algunos pequeños productores de la Garrotxa. Esta invasora depreda a la abeja
de la miel —especie protegida en Cataluña—, de dos maneras, alimentando a sus
crías con ella, o situándose en la entrada de las colmenas impidiendo que
salgan, lo que acaba matándolas de inanición. Noguer advierte que “si sigue así
en uno o dos años se habrán acabado las abejas en la provincia porqué tenemos
que dedicar todas las tardes a matar velutinas y es insostenible”.
El
principal peligro de la velutina es su voracidad. Para alimentarse, aparte de
proteínas, necesita hidratos de carbono que busca en las frutas. “Cuando dentro
de poco llegue en masa a los frutales, a las uvas, quizás entonces nos
escucharán”, avisa Noguer que lamenta que la Generalitat “haya tirado la
toalla”.
Asegura
que para ellos es imposible de afrontar en solitario ya que además de la
dedicación, les representa un gasto inasumible. Girona cuenta en estos momentos
con unos 160 apicultores que tienen unas 16.000 cajas de abejas. En 2015 la
producción media en Cataluña fue de 20 kilogramos de miel por caja.
Fuente: Marta Rodríguez. Girona. El País. Foto: Archivo VA
Informa: Vida Apícola
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