Abejas, indicadores para comprobar la salud de los ecosistemas agrícolas según la FAO
Las abejas aportan una contribución de valor inestimable a la
agricultura y son un indicador de la salud del medio ambiente,
trabajando sin descanso a la vez que promueven y reflejan la diversidad
biológica.
"Un mundo sin polinizadores sería un mundo sin diversidad de alimentos, y
a largo plazo, sin seguridad alimentaria", aseguróel Director General
de la FAO, José Graziano da Silva, durante una visita a Eslovenia que
culminará con un evento que reúne a los apicultores
de este país europeo.
Slovenia promueve el 20 de mayo como Jornada Internacional de la Abeja, y
ha obtenido el apoyo de la FAO y de 53 estados en la Conferencia
Regional europea. Los próximos pasos pasan por los comités técnicos de
la FAO y la Conferencia de 2017. Será un paso concreto
después del acuerdo internacional sobre los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), el acuerdo sobre el clima y forma parte de las metas
de la Agenda 2030, ha dicho Graziano da Silva.
Las abejas son los polinizadores más conocidos. Se trata de un grupo de
especies cuyos miembros vuelan, saltan y se deslizan de flor en flor
para permitir que las plantas se reproduzcan, incluyendo aquellas que
suponen más de un tercio de la producción mundial
de cultivos alimentarios. La ausencia de las abejas supondría eliminar
gran cantidad de alimentos nutritivos de nuestras dietas, incluidas
papas, cebollas, fresas, coliflor, pimiento, café, calabazas,
zanahorias, manzanas, girasoles, almendras, tomates y cacao,
según explicó Graziano da Silva.
Sin embargo, advirtió que a pesar de este papel fundamental, nos
arriesgamos a un colapso al exponer a las abejas a peligros cada vez más
numerosos.
Las amenazas a las abejas incluyen el cambio del uso del suelo, el uso
de plaguicidas, la agricultura de monocultivo y el cambio climático, que
puede alterar los períodos de floración.
"Las abejas son una señal de ecosistemas que funcionan bien", subrayó
Graziano da Silva, añadiendo que "en gran medida, la disminución de los
polinizadores es también un signo de las perturbaciones que los cambios
globales están causando en los ecosistemas
de todo el mundo".
Indicó que la FAO fomenta la adopción de métodos de producción agrícola
que mejoran las funciones ecosistémicas, como el enfoque del Manejo
Integrado de Plagas, que reduce al mínimo el uso de productos químicos
agrícolas para aumentar la producción de manera
sostenible.
La polinización como servicio ecosistémico
"La polinización es uno de los servicios ecosistémicos más visibles, y
que hacen incluso que sea posible la producción de alimentos", dijo
Graziano da Silva.
Fomentar la existencia comunidades sanas de polinizadores –una labor que
realizan también las mariposas, escarabajos, pájaros, murciélagos,
mosquitos y otros animales- implica asegurarles la diversidad de
hábitats, así como apoyar las prácticas agrícolas tradicionales
que los beneficien, según el responsable de la FAO.
Mejorar la densidad y diversidad de polinizadores parece afectar directa
y positivamente al rendimiento de los cultivos. Desde 2000, la FAO ha
coordinado la Iniciativa internacional para la conservación y el uso
sostenible de polinizadores, divulgando conocimientos,
directrices y protocolos para apoyar a los países en el seguimiento de
los polinizadores y comprender mejor las amenazas, necesidades de
información y las carencias de datos.
Al elogiar el liderazgo de Eslovenia en la apicultura, Graziano da Silva
instó a todos los países a adoptar enfoques en la agricultura
"amistosos con los polinizadores". Añadió que los consumidores tienen
que ser más conscientes de la importancia del papel
de las abejas y otros polinizadores y optar por productos que les
resulten favorables.
"Sin abejas –concluyó-, sería imposible alcanzar el objetivo principal de la FAO, un mundo sin hambre",.
Abejas muy ocupadas
Una sola abeja melífera visita normalmente alrededor de 7 000 flores en
un día, y son necesarias cuatro millones de visitas a flores para
producir un kilogramo de miel.
A nivel mundial, 81 millones de colmenas producen 1,6 millones de
toneladas de miel, alrededor de un tercio de las cuales se comercializan
a nivel internacional, según la Plataforma intergubernamental
científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios
de los ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés). Aunque la
cantidad de colmenas en el mundo ha aumentado en los últimos 50 años, ha
disminuido en muchos países de Europa y América del Norte.
La salud y biodiversidad de los ecosistemas depende también de más de 20
000 especies de abejas silvestres, que son recolectores especializados
y, debido a sus vínculos con plantas con flores específicas, muy
vulnerables al cambio climático.
AGRODIGITAL
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