El investigador de la Universidad de Vigo, Ramiro Álvarez Clavero aporta una nueva perspectiva de los nidos de avispa asiática que invaden la raia. Mediante un dron ha captado imágenes fotográficas y de vídeo de algunos de los nidos invisibles desde tierra por el ojo humano,
ya que están en las copas de los árboles. El trabajo de este experto,
que está al frente del equipo de Detección Remota del Cacti (Centro de
Apoyo Científico-Tecnológico a la Investigación), permite dimensionar los volúmenes, tamaños y actividad de los nidos más temidos por las abejas autóctonas.
Su capacidad depredadora ha puesto en jaque a los apicultores, que
advierten de que los planes de la administración autonómica van muy por
detrás de la invasión. La universidad, consciente del problema, lidera
un proyecto de localización con cámaras térmicas y aeronaves como las
que esta semana ha puesto volar por el Miño Ramiro Álvarez Clavero.
«No son las primeras imágenes de nidos con dron, pero
sí son las captadas con la cámara del dron en posición cenital»,
explica el investigador destacando el potencial de poder sobrevolar los
árboles. «Puedes acceder a las copas de los árboles u otro lugar de
difícil acceso. Un apicultor tendría que realizar un gran esfuerzo para
subirse a un eucalipto de 50 metros de altura con equipo de escalada
para retirar un nido, sin embargo para un dron ascender a 60 metros para
fumigar un nido con un biocida es más sencillo», indica. La fórmula se
perfila como la herramienta perfecta, ya que todos los municipios de O
Baixo Miño, zona de entrada desde Portugal de la vespa velutina, inciden precisamente en la imposibilidad de acceder con medios propios hasta esas alturas.
Un sistema muy asequible
La universidad viguesa realiza este estudio con
medios propios. Pero ni siquiera el factor económico parece insalvable
si las administraciones públicas se involucraran. Ramiro Álvarez Clavero
manifiesta que «para la localización es un sistema muy asequible, hay
drones pequeños robustos y buenos desde 700 euros». El presupuesto
cambiaría si se trata de destruirlos. «Ya hay que pensar en drones más
grandes que puedan transportar a bordo una pértiga telescópica ligera
(para pinchar el nido e inyectarle el insecticida) y un depósito para el
insecticida. En este caso hay drones fiables y robustos desde varios
miles de euros», indica. La pértiga telescópica y el depósito para el
insecticida, añade, puede fabricarlos cualquier taller mecánico gallego
quizás por menos de 1.000 euros, ya que las pértigas que se usan
actualmente a pie desde el suelo valen sobre 990 euros. En cuanto al
insecticida, apunta por ejemplo, «el diptrón con etofenprox, que vale
23,56 euros cada unidad».
En cuanto al procedimiento, aclara que «facilita
mucho la localización de los nidos, pero es conveniente disponer de un
lugar de búsqueda previamente definido, ya que la actual normativa de la
Agencia Estatal de Seguridad Aérea no permite mucho margen de
maniobra». Indica que la distancia máxima del dron al piloto es de 500
metros, aunque es posible que esto cambie próximamente y se permita en
España volar el dron más allá de la línea de visión del piloto en
actividades reales y no en simples vuelos de prueba.
El sistema posibilita también las mediciones exactas.
«En el Servicio de Teledetección del Cacti disponemos de 25 licencias
del mejor programa existente para realizar ortofotos y modelos digitales
del terreno en 3D (MDT)», señala. Con este programa, al introducir las
fotos captadas con dron se obtiene una reconstrucción virtual del nido y
del árbol que permite cálculos muy precisos en el ordenador.
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