Vamos a detenernos aquí muy especialmente, porque esta operación
deberá ser repetida miles de veces por el apicultor en el curso de su trabajo, y
es necesario darle las directivas elementales para orientarlo en sus comienzos y
hasta que él encuentre por sí mismo, si estos no le satisfacen del todo, otros
métodos más a su gusto.
Como principio, el
apicultor siempre debe colocarse detrás o a lo sumo a un
costado de la colmena que va a abrir, NUNCA DELANTE, para no
estorbar el libre vuelo de las abejas que entran y salen por
la piquera. Tenemos la impresión de que de esta manera esas
abejas siguen trabajando normalmente sin darse cuenta de
nada. Y es muy bueno que así sea.
Una vez ubicados
correctamente, procedamos a abrir la colmena. Vamos a tomar
como modelo para nuestras prácticas la colmena tipo
–“cámara, rejilla y alza”
Descubierta así el alza,
se le pueden dar un par de ahumadas más, pero ahora “en
profundidad” –un poco de arriba hacia abajo, paralelamente a
los panales, para que el humo baje entre ellos y amanse así
al mayor número de abejas-. Y se procede a sacarla también,
del mismo modo que lo hicimos con la
entretapa, se la levanta un poco de atrás con la palanca, se
sopla un poco de humo hacia adentro, y se la retira,
poniéndola sobre el techo que hemos preparado al comenzar
Aunque la rejilla se
parece mucho a un entretapa, ella es muchísimo más delicada
y debe manejarse con mucho cuidado para no “lastimarla” con
la punta de la palanca, el calibrado de sus alambres es tan
preciso que cualquier torcedura, por insignificante que
parezca, puede inutilizarla por completo. Es así que si la
encontramos muy pegada, habrá que ahumar primero un poco a
través de ella –para trabajar con más tranquilidad- e irla
luego despegando en varios sitios hasta dejarla libre y
poderla retirar. Como es natural, cada vez que insertemos la
palanca debajo de ella, deberemos hacer presión solamente
hacia arriba, para que la punta de la palanca se apoye en
los cabezales y no sobre los alambres, estropeándolos
Descubierto así el nido
de nuestra colmena, debemos ver ahora cómo se manejan sus
panales. Esto se hace así: Una vez ahumada la colmena, se
procede aflojar uno de sus panales laterales, uno que va
contra la pared. Los cuadros se aflojan insertando la
palanca entre los separadores –esos resaltos del cabezal con
que un panal se toca con sus vecinos- y haciendo una presión
de costado hasta desprenderlos de sus adherencias
Esta clase roces no
solo lastiman e irritan a las abejas sino que son
especialmente peligrosos en los panales del medio del nido
donde casi siempre se encuentra la reina, ya que el menor
roce basta para matarla o cuando menos para inutilizarla por
el resto de su vida.
Fuente: noticiasapicolas.com.ar
Foto: organichoney.melbourne
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