30 de maig 2015

ACIERTOS Y ERRORES AL MOMENTO DE ABRIR UNA COLMENA


Vamos a detenernos aquí muy especialmente, porque esta operación deberá ser repetida miles de veces por el apicultor en el curso de su trabajo, y es necesario darle las directivas elementales para orientarlo en sus comienzos y hasta que él encuentre por sí mismo, si estos no le satisfacen del todo, otros métodos más a su gusto.

Como principio, el apicultor siempre debe colocarse detrás o a lo sumo a un costado de la colmena que va a abrir, NUNCA DELANTE, para no estorbar el libre vuelo de las abejas que entran y salen por la piquera. Tenemos la impresión de que de esta manera esas abejas siguen trabajando normalmente sin darse cuenta de nada. Y es muy bueno que así sea. 

Una vez ubicados correctamente, procedamos a abrir la colmena. Vamos a tomar como modelo para nuestras prácticas la colmena tipo –“cámara, rejilla y alza” 

Descubierta así el alza, se le pueden dar un par de ahumadas más, pero ahora “en profundidad” –un poco de arriba hacia abajo, paralelamente a los panales, para que el humo baje entre ellos y amanse así al mayor número de abejas-. Y se procede a sacarla también, del mismo modo que lo hicimos con la entretapa, se la levanta un poco de atrás con la palanca, se sopla un poco de humo hacia adentro, y se la retira, poniéndola sobre el techo que hemos preparado al comenzar

Aunque la rejilla se parece mucho a un entretapa, ella es muchísimo más delicada y debe manejarse con mucho cuidado para no “lastimarla” con la punta de la palanca, el calibrado de sus alambres es tan preciso que cualquier torcedura, por insignificante que parezca, puede inutilizarla por completo. Es así que si la encontramos muy pegada, habrá que ahumar primero un poco a través de ella –para trabajar con más tranquilidad- e irla luego despegando en varios sitios hasta dejarla libre y poderla retirar. Como es natural, cada vez que insertemos la palanca debajo de ella, deberemos hacer presión solamente hacia arriba, para que la punta de la palanca se apoye en los cabezales y no sobre los alambres, estropeándolos

Descubierto así el nido de nuestra colmena, debemos ver ahora cómo se manejan sus panales. Esto se hace así: Una vez ahumada la colmena, se procede aflojar uno de sus panales laterales, uno que va contra la pared. Los cuadros se aflojan insertando la palanca entre los separadores –esos resaltos del cabezal con que un panal se toca con sus vecinos- y haciendo una presión de costado hasta desprenderlos de sus adherencias

 Esta clase roces no solo lastiman e irritan a las abejas sino que son especialmente peligrosos en los panales del medio del nido donde casi siempre se encuentra la reina, ya que el menor roce basta para matarla o cuando menos para inutilizarla por el resto de su vida.