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Avispas asesinas: riesgo para abejas y personas
El miércoles 16 de Octubre una avispa procedente de China
desencadenaba un debate en el Congreso capaz de poner de acuerdo a los
diputados: es necesario tomar medidas para frenar el avance de una
especie invasora que supone un gran peligro potencial para las abejas
melíficas, y una amenaza sanitaria para el hombre.
Vespa velutina
es una avispa, aunque no pueda presumir de cintura de tal. Pertenece al
grupo de avispones de "cintura ancha", es decir, no pedunculada como la
de la muy abundante avispa común. La atigrada Polistes gallica.
Europa, y España dentro de ella, también posee avispones de aspecto similar, como la Vespa crabro,
pero no comparables a la gran especie procedente de Asia, con
distribución desde el Norte de la India hasta China, Indochina e
Indonesia, que se conoce como Avispa asesina, y que lamentablemente se encuentra ya perfectamente adaptada
a diferentes zonas del Norte de España. Tal "asesina" está identificada
con todo lujo de detalles: se trata de la especie Vespa velutina,
en su variedad de vientre negro, eficaz destructora de las colmenas de
abejas productoras de miel, y capaz de enviar a una persona al hospital
tan sólo con cinco o seis picaduras. Uno más de los casos que demuestran
que el tema de las especies invasoras dista mucho de ser una exagerada
alarma ecologista.
Como en tantas otras ocasiones, la especie invasora llegó por vía marítima.
Unas importaciones de géneros procedentes de la región China de Yunnan
que llegaron en barco a Francia el año 2004, sirvieron de caballo de
Troya a las primeras avispas asesinas. Éstas se implantarían con toda
facilidad en la zona de Lot-et-Garonne, no lejana de los Pirineos: la
dispersión hasta España era inevitable.
En nuestra Península, Vespa velutina fue detectada por
primera vez en Irún, desde donde se dispersó con rapidez por el País
Vasco y Navarra, de allí a Cantabria, Cataluña y sobre todo Galicia,
donde el número de colmenas detectadas es particularmente alarmante. El
año 2010 la invasión se había instalado de manera tan eficaz que parece
imposible en este momento pensar en la erradicación del enemigo.
Controlar su expansión y limitar su número es el objetivo que se
considera alcanzable.
Terribles depredadoras
Las avispas asesinas deben su nombre y su leyenda terrorífica a su
tremendo mecanismo de ataque a sus presas, que en más del 50% son
abejas, aunque no se libran otros insectos y también algunas arañas. En
picados en pleno vuelo, o en pasadas rasantes capturan a la víctima y la descuartizan en fracciones de segundo,
llevándose sólo el tórax y abandonando el resto como un despojo. Con
habilidad de cirujano cortan patas, alas, cabezas y abdomen,
convirtiendo el acto de predación en algo realmente asombroso por su
violencia y eficacia.
Un grupo de 5 a 10 avispas son capaces de diezmar una colmena de abejas e incluso de acabar con ella, y no olvidemos que la Apis mellifica
no es sólo una laboriosa productora de miel, sino también una
imprescindible aliada de la polinización. Muy castigadas ya por
anteriores plagas, como el ácaro llamado varroa y determinadas especies de hongos, las colmenas de abejas podrían desaparecer de las zonas donde las avispas asesinas se están asentando, y eso supondría una verdadera catástrofe ecológica.
¿Son también peligrosas para el hombre?
Como advertíamos al comienzo, bastan cinco o seis picaduras para enviar a un ser humano al hospital con un diagnóstico preocupante cuya gravedad se establece en función de la sensibilidad de cada persona.
Aunque no son demasiado agresivas con nuestra especie, pueden producirse ataques masivos
cuando alguien merodea cerca de su gran avispero. Éste no es fácil de
descubrir entre las ramas del arbolado donde suelen anidar, aunque no
son extraños los nidos en nuestras construcciones, como garajes,
establos, e incluso edificios.
Hay que extremar la prudencia y para ello pasemos a la identificación del insecto, muy sencilla por su espectacular tamaño.
Así son y así se identifican.
Vespa volutina es una avispa muy grande y de color muy
oscuro con dominio del tono marrón casi negro. El cuarto anillo del
abdomen presenta una banda amarilla, y las patas son marrones con los
extremos también amarillos. La separación entre tórax y abdomen es
ancha: realmente no puede confundirse con ninguna otra avispa europea.
Como es habitual entre los llamados insectos sociales, grupo al que pertenecen abejas y avispas, las avispas asesinas presentan diferentes castas:
obreras, reinas y machos, de aspecto similar pero de diferentes
tamaños. Hasta cinco centímetros pueden alcanzar los machos cuando a
finales de verano se muestran agitados en sus vuelos nupciales.
Las colmenas son fabricadas con una especie de pasta de papel que las
obreras elaboran a base de masticar la madera con sus fuertes
mandíbulas; llegan a alcanzar grandes dimensiones, a veces más de un metro de diámetro
y tienen por lo general una sola abertura. Van creciendo centímetro a
centímetro desde la primavera hasta el principos del invierno en que
muere la reina y se acaba la actividad, pero las nuevas reinas allí
criadas volarán para establecer otras colonias, al menos seis por cada
colmena madre: una verdadera progresión geométrica.
Los valientes de Saians
A principios del pasado Septiembre, en la zona viguesa de Saians una
insólita expedición avanzaba con toda clase de precauciones hacia una
gran colmena descubierta en las paredes de un edificio: José Ramon y
Lorenzo, dos expertos apicultores armados de sopletes y protegidos con
sus equipos de trabajo, eran seguidos a prudente distancia por un grupo
de vecinos que querían ser testigos de la curiosa cacería.
Efectivamente el fuego dio cuenta de los varios cientos de ejemplares
que contenía, pero este tipo de lucha dista mucho de ser suficiente a a
pesar de la gran repercusión mediática que suele despertar. Hay que
conseguir mecanismos biológicos capaces de frenar la expansión de la plaga:
medios como la utilización de trampas con feromonas o fomento de sus
enemigos naturales deben ser puestos en funcionamiento con la rapidez
que el caso requiere.
Diputados convertidos en entomólogos
No es extraño que hayan sido diputadas procedentes de Galicia, lugar
donde más abundan estos insectos invasores, quienes hayan llevado la voz
cantante a la hora de pedir al Gobierno urgentes Planes de Control de
la Plaga. Términos científicos como feromona –sustancias hormonales
externas que atraen hacia trampas a los insectos plaga-, han sido
utilizados con profusión en el reciente debate en el que el enemigo, no
por ser irracional, deja de ser extremadamente peligroso.
Aunque el término no sea demasiado académico hay que comprender a la diputada que llamó "avispa asesina" a Vespa velutina. Todos entendemos la oportunidad de la creación de una "estrategia de combate" contra
la invasión de esta especie, con el complemento de ayudas a la
supervivencia de abejas melíficas. Tales han sido las principales
peticiones al Gobierno.
Unos eficaces "voluntarios".
Mientras los entomólogos investigan sobre la preparación de trampas hormonales
o sobre la posible, aunque muy difícil, introducción de los enemigos
naturales de la plaga en sus países de origen, es decir, en la llamada lucha biológica,
los paisanos se han adelantado colocando en los bosques donde se
localiza al enemigo cebos caseros a base de cerveza negra, vino y zumo
de arándanos.
Cuentan también con inesperados aliados, como los arrendajos y picos
carpinteros que están empezando a depredar sobre las llamadas "avispas
asesinas".
Pero es necesaria una estrategia de control urgente, que es la
petición que ha recibido el Gobierno en el reciente e inusual debate.
¿Conseguirán las avispas asesinas poner de acuerdo a todos los grupos
del Congreso?
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