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Hoy Greenpeace ha dado dos pasos más en su campaña para salvar las abejas y la agricultura.
Junto con otras cinco organizaciones europeas (Bee Life European Beekeeping Coordination, Pesticides Action Network Europe, ClientEarth, Buglife y SumOfUs), ha solicitado intervenir ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para defender la prohibición parcial y temporal de tres insecticidas neonicotinoides peligrosos para las abejas, que entró en vigor el pasado día 1 de diciembre. Como dije en otra ocasión, aunque la prohibición tenga muchas excepciones, es “un paso de gigante para la protección de las abejas”.
Junto con otras cinco organizaciones europeas (Bee Life European Beekeeping Coordination, Pesticides Action Network Europe, ClientEarth, Buglife y SumOfUs), ha solicitado intervenir ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para defender la prohibición parcial y temporal de tres insecticidas neonicotinoides peligrosos para las abejas, que entró en vigor el pasado día 1 de diciembre. Como dije en otra ocasión, aunque la prohibición tenga muchas excepciones, es “un paso de gigante para la protección de las abejas”.
Pero, ¿porqué han tenido que tomar esta iniciativa las organizaciones ecologistas, de consumidores y de apicultores? Por
la simple razón de que las grandes empresas químicas Syngenta y Bayer,
no conformes con una prohibición que es científicamente rigurosa,
jurídicamente correcta y que ayuda a proteger los intereses generales de
los agricultores y los consumidores europeos, han lanzado a sus
abogados para defender sus intereses y han demandado a la Comisión
Europea y la Unión Europea con el objetivo de que se retire la
prohibición. Puedes encontrar aquí los detalles de la demanda de Syngenta y aquí los de la Bayer.
La solicitud de intervención ante el Tribunal va acompañada por un nuevo informe de Greenpeace, “Gotas
de veneno para las abejas. Análisis de los insecticidas neonicotinoides
presentes en el agua de gutación de las plantas de maíz”.
en el cual demostramos que el agua exudada por las plantas (no confundir
con el rocío) contiene niveles muy altos de los plaguicidas analizados,
que son objeto de la prohibición europea, y que por lo tanto puede ser
otra vía de exposición a estos peligrosos plaguicidas cuando las abejas y
otros polinizadores se abastecen de ella.
La palabra “gutación” viene del latín “gutta”, que significa gota.
La gutación es un proceso que puede tener lugar en muchas plantas
vasculares por el cual estas exudan savia que después forma pequeñas
gotas en las puntas o a lo largo de los bordes de las hojas. La
gutación normalmente se produce cuando los suelos están húmedos, la
presión de la raíz de la planta es alta y, sobre todo, cuando los
estomas (los poros que se encuentran en la parte inferior de las hojas)
están cerrados durante las horas de oscuridad, cuando las plantas tienen
una capacidad de transpiración reducida.
Con los resultados
presentados en este informe podemos concluir que la exposición mortal
puede ocurrir cuando las abejas y otros polinizadores beben el agua de
gutación de los cultivos tratados con estos insecticidas. Estos
resultados ponen aún más en evidencia que la actual prohibición europea
no solo está ampliamente justificada,sino que debe ser reforzada y
ampliada. Por ello debemos sumar nuestras fuerzas y seguir actuando para Salvar a las Abejas y a la Agricultura.
La seguridad alimentaria, nuestra
y de las futuras generaciones, bien como la biodiversidad, depende en
gran medida de estos pequeños pero fundamentales insectos.
En
nuestras manos está construir un futuro sostenible o dejar que unas
cuantas empresas se llenen los bolsillos a costa de todo y de todos y
todas.
Luís Ferreirim (@LFerreirim), responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace España
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