03 de juny 2020

MORFOLOGÍA DE LA CABEZA DE LOS HIMENÓPTEROS

La cabeza de los Himenòpteros es de tipo hipognato y bien separada del tórax, en ciertos casos como ocurre en betílidos y ciertos formícidos existe tendencia al prognatismo.

Los ojos compuestos suelen encontrarse bien desarrollados (excepto en algunas formas cavernícolas) ocupando normalmente gran parte de la superficie lateral de la cápsula cefálica mientras que los ocelos pueden reducirse en mayor o menor grado e incluso desaparecer.

Se diferencian varios escleritos cefálicos. El labro, de posición anteroventral (fig. 2a: l). El clípeo (fig.2a: cl), delimitado dorsalmente por la sutura epistomal (fig. 2a: se); cuando está bien desarrollado, presenta 3 áreas: una central y dos laterales. La frente (fig. 1, 2c: f), corresponde a la parte de la cara (fig. 2c: ca)

que se diferencia entre los toruli (fig. 2a: to) y el ocelo anterior. Dorsalmente a la frente se sitúa el vértex (fig. 1, 2a: v), el cual suele estar acompañado por un surco o quilla que define con los ojos dos áreas: una de posición dorsal [el occipucio (fig. 1, 2b: occ)] y otra de posición lateral [las genas (fig. 1, 2c-d: g)]Como en el modelo general de insectos, las antenas se insertan en los toruli (fig. 2a: to) y presentan tres segmentos que, desde la parte basal a la apical, se denominan: escapo (fig. 2g: scp), pedicelo (fig. 2g: pdl) y flagelo (fig. 2g: fgl), el cual se subdivide en un número variable de artejos (hasta más de 70) denominados flagelómeros. Aunque básicamente son filiformes, presentan variabilidad en su morfología. Destacan las de tipo geniculado o acodado de hormigas (fig. 9a).
Las piezas bucales se encuentran bien desarrolladas y corresponden a un aparato bucal de tipo masticador-lamedor, aunque las mandíbulas (fig. 2a: m), en los adultos, generalmente no desempeñan funciones tróficas sino que constituyen una herramienta de trabajo. En el caso de los ápidos, se produce un alargamiento de las glosas (“lengua”) y una modificación de los palpos labiales que forman un estuche protector de esta “lengua” (fig.2f).

Severiano Fernández Gayubo & Juli Pujade-Villar