28 de novembre 2014

LAS ABEJAS SE LO MERECEN

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Pudiera parecer paradójico a primera vista, pero la agricultura es uno de los ámbitos con importantes “méritos” para el cambio climático. Se afirma que los tropeles de animales rumiantes causan la expedición de enormes cantidades del gas de invernadero metano. Muchas acusaciones van dirigidas también contra el monocultivo en la agricultura que destruye la biodiversidad en enormes territorios de la superficie terrestre. Y qué decir del daño que causan al medio ambiente y a la salud humana los fertilizantes sintéticos, los pesticidas, los insecticidas y las demás sustancias químicas utilizadas en la agricultura, para añadir por último los Organismos Genéticamente Modificados. Sobre el telón de fondo de este panorama agrícola nada idílico destaca un bicho muy simpático, que da un aporte inapreciable a la supervivencia del planeta. Es la abeja, que tiene el don de “fecundar” el mundo vegetal. Sin ella nuestro mundo no sería como es. 

En el contexto del tema del “fin del mundo”, tan en boga estos días, y las alarmantes informaciones que nos llegan de todo el mundo sobre la desaparición de abejas, merece la pena recordar con gratitud a las personas cuya profesión es criar estos bichos y por su medio ayudar el mantenimiento de la vida en el planeta. Esta noción de la utilidad universal de la profesión del apicultor ha movido a un grupo de eurodiputados a hacer lobby para conseguir la retribución justa de estas personas por el inapreciable servicio que brindan en apoyo al desarrollo de la agricultura y de la naturaleza en general. La eurodiputada búlgara María Gabriel es una de las más activas en este sentido.

La apicultura es un sector de vital importancia que aporta significativamente a la biodiversidad, declara la Sra. Gabriel ante el micrófono de Radio Bulgaria. En estos momentos estamos debatiendo una nueva política Agraria Común cuya base debiera ser más verde. Para mí la apicultura es el sector por excelencia que cumple este requisito. Por eso los apicultores deben ser apoyados y estimulados por el servicio especial que prestan a la naturaleza. Insistimos en que ellos perciban pagos directos complementarios por cada familia de abejas criada. 

Hasta ahora los apicultores de la UE recibían apoyo por dedicarse a la agricultura y por producir un producto concreto, igualmente valioso, como es la miel de abeja. Ahora se plantea que perciban una retribución complementaria por el servicio sin igual que prestan a la naturaleza al multiplicar la población de abejas.

Para mí es muy importante que Europa emita una señal para dar a entender que no podemos pedir de los agricultores que sigan apoyando y manteniendo el 86% de la cadena alimenticia y el 74% de las especies vegetales, percibiendo por todo ello unos tres millones, por ejemplo, en el marco de un programa nacional, destaca la eurodiputada búlgara María Gabriel.

Esos tres millones al año son la módica suma que perciben en estos momentos los apicultores búlgaros del Programa Nacional de Apoyo a la Apicultura 2011-2013.

Hablamos de unos 50 mil apicultores oficialmente registrados, pero hay que decir que la cría de abejas es muy difundida en Bulgaria. Es el hobby de muchas personas y hay otras 150 a 200 mil que, sin estar registradas, practican esta actividad, que de momento fluctúa entre la profesión y la pasión del aficionado. Es muy importante que la afinidad a la apicultura se mantenga y que se transmitan de generación en generación los conocimientos y las habilidades necesarias para criar a estos bichos tan simpáticos, cuya picadura suele ser bastante dolorosa. La apicultura es una ocupación nada fácil. 

Como país dotado de envidiable diversidad biológica, Bulgaria ofrece magníficas condiciones para la producción de miel de diferentes tipos y excelente calidad. Anualmente se producen unas 15 mil toneladas de este sabroso producto, y el 90% d se exporta, más que nada a países de la UE. Sin embargo es difícil que allí encuentren miel con la etiqueta Producto de Bulgaria porque a causa de su altísima calidad, la miel búlgara es utilizada como mejorador del sabor de la miel de producción local o importada de otros países de Europa o América latina. Se puede encontrar miel en forma pura solo en la red comercial búlgara o en los almacenes de los propios apicultores. No cabe duda que todos ellos merecen alicientes adicionales en el marco de la Política Agraria Común, para lo cual está haciendo lobby la eurodiputada búlgara María Gabriel.

Versión en español por Raina Petkova