07 d’abril 2012

LAS ABEJAS, NUESTRAS ALIADAS

 Primavera en el campo e incesante trabajo de las abejas, que abandonan sus colmenas durante más tiempo que meses atrás, para trabajar en el campo, principalmente polinizando.

Si trasladamos e interpretamos cada una de las tareas de las abejas al terreno de la salud, podemos decir a grandes rasgos que las abejas nos cuidan, sanando nuestras carencias y deficiencias, y blindando nuestra salud para evitar enfermedades a posteriori.


El polen nos da fortaleza: en nuestro sistema reproductor, glándulas, pelo, ojos, uñas, piel, paredes arteriales, venosas y capilares, así como en el corazón y pulmones, y superficies menbranosas. Tan sólo requiere constancia en su ingesta y unas dosis adecuadas.

La cera es muy útil es cosmética como protector y emoliente. Personalmente, la mezclo con aceite de oliva para mi piel de todo el cuerpo, y la mastico como goma de mascar como beneficio para mis encías.

El própolis o propóleos es fantástico en afecciones de garganta, todas las "itis" (faringitis, uveítis, bronquitis...), y es además antibiótico, antifúngico, antivírico y antimicrobiano.

La miel es un bálsamo, tanto interno como externo. Ya Hipócrates -el considerado padre de la medicina-, ya recomendaba utilizar "miel por dentro y aceite por fuera" cuando le preguntaban por qué estaba tan sano a su avanzada edad. Requiere también constancia para cosechar beneficios. La miel también hace un efecto "esponja" ante los tóxicos de todo tipo: medioambientales, excesos de ingestas... Es un factor a tener muy en cuenta en nuestra sociedad tan "avanzada" que está también muy ignorantemente vulgarizada, si se me permite.

La miel también debe ser aplicada vía topica sobre la piel sobre las heridas, para su asepsia y curación. Su beneficio es muy superior al de las medicinas, pues crea una película sobre la herida, que la protege, pero además, la retirada de los vendajes no produce sufrimiento sobre ellas al no requerir dar tirones, pues los vendajes se retiran con facilidad.

También se utilizan para nuestra salud los sonidos producidos por las abejas. Se le denomina zumboterapia, y se le atribuyen efectos terapéuticos. Cualquier apicultor sabe reconocer el zumbido que explica el estado de ánimo de esa colonia de abejas.

Personalmente puedo explicarles el festival de sonidos que organizan nuestras amigas las abejas ante mi campo de almendros en flor. No tiene parangón.

Respecto a los beneficios de las picaduras, también podemos hablar de una eficacia muy superior a la mayoría de medicinas. No debemos olvidar que las medicinas son drogas, aun estando autorizadas (quien sabe si por quienes obtendrán un beneficio económico muy sustancioso por ello). Y las drogas, siempre pasan factura...

Las picaduras en la dosis y frecuencia correctas, tan sólo pueden reportarnos beneficios, evitar enfermedades serias, y cirugías innecesarias. Uno sabe cómo entra a un quirófano, pero prefiero no hablarles de los desastres que visitan mi consulta con frecuencia tras esas cirugías.

No existe gripe de ningún tipo con picaduras de abeja, porque su veneno es una vacuna natural contra esta enfermedad. No existe una sóla prueba clínica que determine enfermedades como la depresión, ansiedad, trastorno bipolar, etc. Ello nos puede llevar a afirmar que no son una enfermedad en sí, sino una consecuencia de ciertos desórdenes que lógicamente repercuten en nuestra salud y por ende, en nuestro comportamiento. El comportamiento de una persona determina claramente su salud.

Actualmente, es muy frecuente ver a personas sufriendo en los hospitales con un gotero que les administra la vida. Y lo consideramos normal. En el lenguaje de las abejas y la salud, eso es inconcebible. La forma correcta de morirnos es de un suspiro. Tan sólo de un suspiro...si no hemos dejado agredir nuestro organismo.

Pero en nuestra sociedad actual, comenzamos por intervenir en el feto en formación, luego en el parto antinatural, después le hacemos un cortecito al bebé en el talón de recién nacido, le administramos sustancias llamadas vacunas sin pararnos a pensar qué contienen, les damos quimicos a nuestros niños en forma de drogas como jarabes golosones, les incorporamos empastes con anestésicos como la lidocaína que también nos pasa factura, añadimos radiaciones a la mínima caída durante toda la vida (llamadas radiografías), les exigimos un ritmo de vida de pura exigencia y rendimiento competitivo, y seguimos en la edad adulta con medicinas, y más radiaciones (radioterapia o más radiografías, TAC's, scanners...), trasnochadas y madrugones, cirugías y más agresiones a una biología única que un día nació muy pura, y no paramos de dañar hasta que se extingue...o la aniquilamos.

Pues quien evita todo esto, vivirá más años y con más calidad de vida. Y quien respete un ritmo de calma y reposo al enfermar, está respetando su biología. Quien pretende seguir un ritmo infernal cuando su cuerpo le pide parar, no.

Por todo ello, escuchemos a nuestro cuerpo y mente, y sobre todo, respetémoslo como únicos que son. Ello pasa por trabajar a diario un poquito por nuestra salud, aunque sin obsesionarnos, y evitar sustancias químicas de todo tipo. Demasiado nos fumigan ya desorientando, no sólo a las abejas.  ¿O qué creen que son las demencias, Alzhéimer, etc? ¿No son desorientaciones?

Cuanto más puro sea lo que entra por nuestra boca o cuerpo, más y mejor viviremos. Por eso, la palabra "cura" no aparece en ningún prospecto de esas drogas, mal llamadas medicinas. Porque no curan. Y encima las hay tan comunes como dañinas. Hay prospectos en medicinas muy comunes que dicen que "puede producir la muerte". Y los pacientes se las toman tan frescos porque su médico "es muy majo". Tal cual lo leen.

Por cierto, la gripe no se cura: se pasa. Las abejas, simplemente ni la permiten, porque la gripe común estacional, también mata, y más de lo que muchos lectores creen. Y las abejas, tan sólo nos dan vida. Porque aman la vida tanto como yo, que tan sólo transcribo lo que en mi consulta ellas me han ido enseñando y lo que estudié en la Universidad.

Pero hay quien se siente atacado y dolido por "tamaña" afirmación bajo su bata blanca. Unas batas blancas, son perfectas para esconder la ineficiencia de un sistema sanitario podrido. Eso sí, sus familias son a veces...mis pacientes. ¡Qué les voy a contar!

Finalmente, el sol que rige el comportamiento de las abejas y el nuestro también, es fuente de vida, pero nos aterran con la milonga de que nos hemos de proteger de él. No hay más casos de cáncer de piel en el desierto del Sáhara, Yemen o Dubai donde llegan a 55 grados cada verano, que en Noruega o Finlandia. Pero curiosamente, sí que hay más trastornos psiquiátricos en Noruega y Finlandia. Curiosa observación, ¿no?

El sol nos da vida y alegría, por tanto, es beneficioso sin protegernos, si ponemos sentido común al exponernos a él. Como todo, los excesos pueden dañar, pero no es un asesino que viene a aniquilarnos, sino un astro muy beneficioso. La helioterapia lleva siglos demostrándolo: baños de sol evitan enfermedades, problemas y conflictos.

Salud, cuidados, respeto con la biología de cada uno, y cómo no, abejas en dosis adecuadas si se necesitan. Al menos, ellas no le dañarán. Cambiemos las medicinas por cuidados, y sentido común, por favor. Viviremos más y mejor escuchando más a nuestro cuerpo que a terceras personas, aunque vistan de blanco. No se engañen. No se dejen engañar. A estas alturas, casi todos sabemos lo que es la eficiencia. ¿O no? Pues pidámosla.

Adela Pérez Bonet.
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